Recordando el año 2008.

2008 estará grabado en el calendario abencerraje. 2008 fue el año en que nos hicimos cargo de Abu-l-Hasan. Luis Carlos Roldán Simón fue su protagonismos y su mujer Elena su avorita como no podía ser de otra manera.
Queremos dejar este hueco para recordar este año:







Para finalizar el texto de Abu-lHasan en su despedida:

"Un título guerrero frente a la concordia y colaboración. Son éstas, fiestas de amistad, de alegría, de paz y bullicio en las calles de nuestro casco antiguo, el asueto de un pueblo, nuestro mirador, “El Muro”. ¡Qué bonito!


Conocéis esta parte del pueblo? Pero, estos días festeros, en que madruga la mañana y, recién pasadas las procesiones, otra vez tambores y cornetas, con marchas moras y cristianas, nos sacan al balcón, a la ventana, a las plazas y calles, para enseñarnos que está aquí la Primavera y, terminando el mes de Abril, Kábilas y Mesnadas ofrecen su tributo, la amistad entre gentes diversas, invitándonos a participar. ¡Que giro toman las cosas en el devenir de los tiempos!

¬ Mira te invito a pasear las callejas de mi pueblo. (???) Sí, de mi pueblo de Cieza, donde llevo cuarenta años, disfrutando de vuestra hospitalidad, amabilidad y vecindad.

Sois buena gente y lo dice el que este año 2008, ha encarnado al rey de Granada, Abu-l-Hassán. Gracias una vez más.

Nos vemos en la Esquina del Convento, donde “Érase una vez...”, subimos un poco por calle Mesones y enseguida, tras pasar Correos, cogemos calle Angostos. Ya empezamos a cruzarnos en ir y venir, con Almohades, Halcones, Caballeros de ÇieÇa, que junto a las galanuras y banderines dan un espléndido colorido a estas calles tranquilas. Seguimos, Tercia y Santo Cristo para llegar a Canovas, donde vemos en el suelo restos de paja, que preludian algo inusual. Doblamos la calle entre la tienda de Pepe de Valentín y la del Rapao, adiós Manolita... y vemos los primeros puestos de antiguos mercaderes de tierras lejanas, pan de higo, bizcochos bien horneados, almendras garrapiñadas, o en otros, perlas orientales, collares y pulseras, tocados laboriosos, chilabas y babuchas y un montón de virguerías más. Polen y jalea real, la miel de las abejas, tarritos de arenas de colores, detalles todos bonitos para alegrarnos el alma.

La Plaza Mayor ; el herrero dando al yunque, un halcón sobrevolando nuestras cabezas y la lechuza, oteando en su pedestal. Hay alfareros haciendo vasijas y figuras, otros tallando la piedra, aquí, ofreciéndonos vino caliente..., es el Mercado Medieval.

Seguimos estando en Cieza, pero desde luego, trasladados a otros tiempos. Enfilamos calle del Cid, antes vemos calle la Hoz que sube hasta reventar, casi no podemos pasar, entre los puestos y la gente, moros y cristianos, civiles en general, que sorprendidos a cada instante, nos saludamos, como si nos viésemos en otro lugar.
Llegamos al final y por la Parra , nos damos con unas elegantes estructuras a modo de grandes Jáimas, que albergan las Mesnadas y que están en la Placeta del Santo, frente a la ermita de San Bartolomé, nuestro Patrón.

Cristianos, vecinos y vecinas de esta tranquila plaza, intercambian estos días experiencias en amigables charlas que se prolongan todo el día y hasta bien entrada la noche; les ofrecen sus casas para lo que necesiten y reciben a cambio la alegría de esta gente, joven o madura, que con sus bailes, ocurrencias, malabarismos y refrescos y viandas, bien cocinadas, les hacen pasar unos días inolvidables que supera sin duda, la perturbación de su vida habitual.

Cruzamos el pequeño arco junto a la ermita y nos damos de lleno con “El Muro”, uno de los lugares más bonitos de Cieza, un balcón donde divisamos un vergel verde, precioso, un puente, el de hierro y el de los nueve ojos, una tranquila corriente de agua, el Segura y unos árboles robustos en el Camino del Maripinar. No es esto una huerta, es más bien el preludio, la antesala, los jardines, como en la Alambra , de una medina que se alza en la colina, la bella Siyasa, que junto a la Atalaya de Cieza, nos dan señas de identidad y ubican nuestra posición desde lejos, en lo que será la Vega Media y Valle de Ricote.

Aquí en este espacio, estrecho y amplio al mismo tiempo, cabemos las Kábilas moras y compartir es nuestro quehacer. ¿Qué necesitas? Oye, déjame... Quieres un poco de... Me puedes ayudar a... Tomaos una cerveza fresca..., serán las frases coloquiales que cruzamos estos días, entre todas las Kábilas amigas. Sí, amigas, porque, aún con nuestras diferencias, pretendemos un mismo fin, pasarlo bien, divertiros un poco más, llevar a Cieza más lejos y dar otro motivo para visitarla y conocerla.

Hermosos son estos sentimientos y hermosa es la concordia que se palpa entre nosotros, cuando, ¡arriba la música! y enlazados unos y otros, otras y unos, con colores diversos de nuestros grupos, desfilamos al son de Caravana o Sisco, despertando la amistad entre quienes, a veces, apenas nos conocemos, pero donde surge la camaradería y el compañerismo, entre aquellos que viven tu misma fiesta, no queriendo que se acabe y, cuando llega el domingo, cansado tras el Desfile e, irremisiblemente se acerca el final, besos, abrazos y apretón de manos, será la moneda que campe por el Campamento, entre Kábilas y Mesnadas, con una sensación, haber pasado unos días muy intensos, para recordar durante el año. El deseo de mejorar para el próximo, será nuestro ideal y, desde luego, que llegue pronto el próximo encuentro entre Moros y Cristianos y San Bartolomé nos guíe durante el año y, como dice don Antonio Muñoz, bendiga nuestros campos y cosechas, nos de el agua necesaria y llene de alegría nuestros corazones, para que reine la paz entre hermanos y vecinos de la Villa.

Gracias amigos y hermanos Abencerrajes, por haberme dado la oportunidad de ser vuestro Rey, gracias a todos los festeros por haberme soportado y gracias por dejarme compartir con Elena, mi Favorita, esta experiencia inolvidable. Gracias a la directiva de la Hermandad de San Bartolomé, por el alto honor encomendado y gracias a todos de corazón.


¡¡¡Viva Siyasa!!! ¡¡¡Viva Cieza!!!



Cieza, 4 de Octubre de 2008



Abu-l-Hassán 2008, vuestro amigo Luis Carlos Roldán, Abencerraje y festero.