domingo, 5 de febrero de 2012

SUBIDA A LOS MOLINOS DE ASCOY


Dentro de las actividades que la Kábila desempeña, una que iniciamos en el mes de diciembre es la de hacer alguna ruta de senderismo de vez en cuando, por ello de rebajar la cerveza que tomamos con mas frecuencia.
Partimos del Polígono Industrial de Ascoy. La ruta nos recibe con una fuerte pendiente, en cuanto subimos unos metros que se hacen interminables, vemos en el horizonte nuestra meta, los molinos. Que cercan que están y que pronto llegaremos, acertaban a pensar más de uno. Sube que sube, sigue las fuertes pendientes, y los molinos ahí, al alcance de mano, pero que no acertamos a llegar. Pronto llegamos al cruce que conduce al barranco de los grajos, Decidimos desviarnos aunque hagamos 2 o 3 kms más. Todo sea por la cultura.
Cuando llegamos al barranco de los grajos nos encontramos con el grupo de senderismo de 'los quintos', que iban con la misma ansia cultural que la nuestra, nada que más preparados que nosotros, iban con una guía que gentilmente nos permitieron quedarnos a escuchar las explicaciones acerca de las pinturas rupestres que estos prehistóricos abrigos cobijan. desde aquí hacer un homenaje a nuestra querida capitana Marienka, que se armó de valor para bajar por el abrupto barranco que conducía a los abrigos.
Finalizado la parte cultural reiniciamos la marcha que nos ha de llevar hasta los molinos, nuestra meta. Una vez reconducido al camino, vuelve el calvario, hacía algunos/as que no podían disimular el esfuerzo de subir pendiente continuas, viendo a la vez el destino y no parecer llegar nunca. Pero todo llega a su final y el premio de la subida se completa con un merecido descanso, acompañado con su correspondiente almuerzo. Hay que reponer fuerzas, pues todo lo que se ha subido hay que bajarlo, y aunque sea bajada las fuerzas ya se encuentran un poco castigadas. Desde este situación privilegiada podíamos observar todo el valle de la vega alta, franqueado por la sierra de ricote a nuestra derecha, a nuestro frente la Sierra de la Pila, el Picacho, el Almorchón....todo a nuestros pies, Cieza coronada por la Atalaya.
Comenzamos el descenso hasta llegar al punto de partida. Tomamos los coches y como había algunos miembros de la expedición que tenían síntomas de deshidratación decidimos parar en el Albaicín a recuperar los líquidos perdidos. Así termina una gloriosa jornada. HASTA LA PRÓXIMA.

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